29.6.13

De exilios, demandas y retornos



En sólo dos años tres marcas representativas de la moda francesa han sido protagonistas de una gran debacle de escándalos, desde cesación de contratos y dramas ocultos en los juzgados, hasta peleas públicas poco diplomáticas y menos dignas de elegancia.
La moda siempre es un reflejo fiel de las condiciones sociales y políticas del momento, la coyuntura económica no ayuda en lo más mínimo a salir bien librados de todo el conjunto y menos si además, sumamos la participación activa en el espiral acelerado de más de ocho colecciones anuales, el aumento de la presión creativa y el consumo indiscriminado de prendas en un abrir y cerrar de ojos.
La moda, o mejor dicho los grandes monopolios y corporativos de moda actuales dominan el panorama operativo de la industria, en sólo 16 años, moda y marcas que únicamente era posible encontrarlas en un continente o en una ciudad específica, y con todo el encanto que suponía el acto de compra, ha desaparecido. Los holdings financieros no sólo han democratizado el lujo, haciendo seriales de productos estrella cada temporada -aunque digan lo contrario-, también han globalizado y estandarizado modas y estilos, propiciando su consumo masivo y volátil, alterando los ciclos de vida de los productos y su obsolescencia. Hoy en día hablar de temporadas es casi una broma de mal gusto.
Sin temporadas, sin límites y con aperturas de tiendas transcontinentales, la moda en cinco años se ha rebasado a sí misma, entregándose a Internet y a sus criaturas, convirtiéndose ella misma en un espectáculo de masas distanciándose mucho de la exclusividad con la que se pavoneaba, dejando ver también por consecuencia, su cara más oscura o al menos, la que a nadie le gusta ni ver ni escuchar.

Foto: Charlie Rose Show
John Galliano (1960) es el Rey de los exiliados por culpa del alcohol, las pastillas y caer en desgracia por vídeos desafortunados de dudosa casualidad fílmica.
Entre otras tramas ocultas, han sido dos años desde que sucediese el incidente antisemita, su paso por los juzgados, el circo que se montó a su alrededor, disculpas públicas e intentos por resarcir el daño. El crimen, que según sus verdugos no ha sido del todo expiado, lo ha llevado a perder su marca, a perder el puesto que lo catapultó a la fama en la casa Dior y a estar sometiéndose constantemente al escrutinio público, que a decir verdad es todo menos compasivo.
Apareció en España en el rastro madrileño, después se le vio reunido en París con su madrina original Mrs. Nuclear Wintour el mismo día del debut en Alta Costura para Christian Dior de Raf Simons. Después vimos su paso por el estudio de diseño en Nueva York del dominicano Óscar de la Renta, quién le ofreció un espacio neutro para reactivar affaires creativos con los tejidos y los cortes. La huella del Sr. Galliano, gritaba silenciosamente en toda la colección invernal presentada en Febrero de este mismo año , y  aun así no se confirmaba ni una colaboración duradera y menos un relevo creativo para colocarse al frente de la firma americana.
Presuntamente vetado para dar un workshop de creatividad en la prestigiosa Parsons School of Design(aunque el decano David E. Van Zandt haya zanjado el tema con una falta de compatibilidad y acuerdo con el diseñador) así como también meses antes en Londres, vio la luz un comunicado de prensa para desmentir su nombramiento como docente en su alma máter la Central Saint Martins, donde se rumoró que podría impartir clases. Galliano volvía a encontrarse en la frontera.
Los últimos movimientos han sido tectónicos, el gibraltareño concedió una entrevista exclusiva a Igrid Sischy para el Vanity Fair, la primera desde su “desaparición”, donde se confiesa alcohólico y en recuperación de por vida, donde charla sobre el vestido de Kate Moss, su ira y el descontento personal que le llevó a pronunciarse con dichos insultos. El punto cúspide llegó el 12 de junio con la entrevista en televisión abierta en el programa de Charlie Rose, donde John Galliano es sentado en el banquillo e interrogado sobre su comportamiento durante casi una hora.
‘Blackout drinker’, denomina al estado en el que se encontraba cuando sucedieron los hechos que se le imputan, vuelve a confesarse  como adicto y víctima de su propio éxito, también repasa el trabajo frenético de la máquina de ventas que construyó en Dior y saca a la luz el bullying en su infancia por su condición de emigrante y homosexual en Londres, vinculando directamente el trauma con el episodio, para poder explicar el odio y las palabras que salieron de su boca, mismas que Rose se encargó muy bien de recordarle.
De nueva cuenta en directo pidió perdón y declaró “Soy capaz de crear, estoy listo para crear, me siento en mi centro, me siento bien… Espero que con mi resarcimiento, pueda tener una segunda oportunidad”.


Foto: System Magazine. Juergen Teller

Exilio es una cosa, despedidas amistosas que terminan meses después en litigios son sospechosas y nada inocentes. La cúpula empresarial de Kering (antes PPR), y en específico los directivos de Balenciaga interpondrán una demanda en contra de Nicolas Ghesquière (1971) quien fuera el director creativo de la casa hasta el año pasado,  casa que en su momento de gloria con su fundador Cristóbal fue “la más cara de todo París”.
La noticia fue publicada en la edición impresa de la revista francesa Challenges, argumentando que el motivo de la demanda tiene su origen en “indiscreciones” dentro de la entrevista que Ghesquière concedió a la revista de nicho System Magazine en su primer número donde narra la incompatibilidad en la gestión de la marca, sus inicios en Balenciaga sin ni siquiera una fotocopiadora y los múltiples intentos por quitarse de encima el estigma del Sr. Merchandising gracias, entre otras cosas, al bolso Lariat First, rebautizado como Classic, y apodado por la prensa como Motorcycle encumbrado por las Olsen, bolso sin logo, pero perfectamente reconocible por allá en los dos miles.
El reporte sobre la demanda tampoco muestra detalles concretos sobre el motivo fundamental, a menos de que se trate de como apuntaba The Luxe Chronicles, de infringir el acuerdo de confidencialidad firmado al salir de Balenciaga. El artículo en System que tuvo repercusión online gracias a BOF Business of Fashion editado por Imran Amed, poco tiene de revelador al ceñirnos en una base estrictamente de secreto comercial. La entrevista manifiesta el tono en el cual Ghesquière estaba disconforme con la estrategia de la marca y es clarificante cuando da a entender que incluso con dudas prefirió disociarse de Balenciaga, antes que lo disociasen y lo invitaran a marcharse.
En los ejercicios de facturación de las marcas de lujo contenidas en Kering, Balenciaga no representa ni siquiera la tercera fuerza de ventas, está incluida en el apartado Otras Marcas. Si interpretamos los datos desde la perspectiva corporativa, está claro por qué no se apoyó a Nicolás y queda aún mas claro por qué desembarca el diseñador americano ultra comercial Alexander Wang.
Grave situación si las empresas no aceptan las críticas y las consecuencias de lo que en un momento provocaron allá en 1997, peligroso si a estas alturas con el estado del sistema de la moda actual, los directivos siguen sin entender que no todas las marcas de moda pueden ser Coca-Cola o tener el “efecto Gucci” integrado. Dicho de otro modo, las fronteras reales entre el gran consumo y el lujo están a un milímetro de desaparecer.
Y la libertad de expresión en moda seriamente afectada, rozando el ridículo entre hiperexposición mediática y adoleciendo una falta terrible de ética.


Stefano Pilati (1965), fue otra víctima de bullying corporativo y periodístico en cantidades industriales a pesar de efectuar rescate a la marca Yves Saint Laurent y salvar las pérdidas anuales que oscilaban entre  75 millones de euros al momento de tomar el puesto de director creativo que dejó Tom Ford.
Pilati nunca fue bien aceptado a pesar de contar con la brillante escuela y formación de Signora Prada. Sumamos la bancarrota, su pasado también ligado a las adicciones y lo compleja que es una marca como Yves Saint Laurent, se concluye que  tampoco el camino estuvo a su favor. Sin embargo, sacó adelante la firma, creó piezas que en la actualidad los directivos no han retirado del mercado por ser best sellers intocables, a pesar del rebranding creativo de Hedi Slimane y a pesar de que sacó del retail toda la colección de Pilati antes de que terminara la temporada.
Pilati sobrevivió al acoso pasivo-agresivo de la prensa femenina de moda, también la incertidumbre de mantener- o no-,  un contrato laboral para la siguiente temporada, a la par de estar trabajando 24/7 en colecciones cada dos meses. Stefano no se dejó ni un cabo suelto en la entrevista concedida a Vice UK,  cuando todavía cobraba un sueldo. Un ejercicio de franqueza sobre el estado de la moda en la actualidad y manifestando la crónica de una muerte anunciada.
Acto seguido, no le renuevan el contrato en YSL presentando su última colección en Febrero de 2012, con el logro de haber sacado a la firma de los números rojos y habiendo incrementado el resultado de explotación corriente de 7 a 25 millones de euros entre el 2011 y 2012.
Pilati regresa al sistema este sábado 22 de Junio, debutando como director creativo de Ermenegildo Zegna en Milano Moda Uomo, y también como responsable de la marca femenina Agnona que está por cumplir 60 años desde su fundación. El oráculo de la moda Suzy Menkes vaticina una unión de éxito y no hay duda de que Stefano Pilati se conserva en forma a pesar de los pesares.
Si los tres casos anteriores vinculados a míticas casas de diseño del Siglo XX, Dior, Balenciaga, YSL, sirven de antecedente, es necesario que la moda en la actualidad busque un punto de equilibrio.
¿Qué tiene que hacer John Galliano para ser perdonado y trabajar de vuelta?, ¿cortarse una mano?. Pilati y Ghesquière ¿deberían silenciar su experiencia en el sector? o ¿irse a nuevas empresas a vivir un déjà vu continuo?. Pretender que no hay motivos suficientes para realizar una evaluación a profundidad del sistema de la moda hoy es quizá, el peor autoengaño.
Si el silencio y la falta de empatía frente a los creativos de moda es tendencia, a dónde hemos llegado y lo más alarmante, a dónde llegaremos.


Fernando Aguileta de la Garza
@feragarza

Fotos: Style.com


*Artículo originalmente publicado en: Medina Magazine 

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